En las plantaciones o en las
minas, el hambre, la falta de sueño, las condiciones de trabajo inhumanas y los
malos tratos, terminaban por agotar el vigor del esclavo, y una vez sin
fuerzas, el amo prefería comprar uno nuevo que cuidar de un esclavo enfermo.
Los palenques, conocidos como quilombos en Brasil ó
Cumbes en Venezuela, eran poblados construidos en terrenos difíciles de
acceder, ya fuese entre acantilados, o en medio de la selva. A ellos sólo se
llegaba atravesando caminos muy estrechos o pantanos muy peligrosos. Los
palenques, en su mayor parte fortificados con empalizadas, se convirtieron en
centros de actividad de la resistencia y refugio para cuantos deseaban unirse a
la causa de la libertad. A su vez sirvieron a las comunidades negras para
estructurar su propio gobierno y organización militar .
Un palenque
tenía una fuente de agua, un pedazo de tierra para cultivo, un almacén
subterráneo y una pequeña cantidad indispensable de lampas y hachas.
En los
palenques, los negros cimarrones mantenían una vida comunitaria, caracterizada
por la igualdad entre todos sus integrantes, tanto para el trabajo como para el
reparto del alimento y el comportamiento social y moral.